Estimados contertulios, esta imagen, extraída de Facebook, me deja claro dónde estamos muchos de nosotros, sí, estamos fuera del Sistema, porque nos han dejado ahí.
Como existencialista que me siento, desde mi juventud, nunca llegué a creer que cada uno de nosotros fuera una parte de un todo, sino que todo ser humano es una totalidad libre por sí misma. Así pues, el ser humano existe desde que está capacitado para crear y dar forma a cualquier tipo de pensamiento lo cual hace que la persona sea libre y como tal me siento.
Ya el padre del existencialismo, el filósofo Soren Kierkegaard, determinó que: “cada individuo es quien debe encontrarle un sentido a su existencia – y añadió que- la mayor responsabilidad del ser humano radica en vivir su propia vida de forma pasional y sincera, pese a los mil obstáculos que puedan presentarse” A esto yo lo llamo ¡CARPE DIEM!
Mil obstáculos son los que pueblan nuestras vidas, las de la clase media, desde que comenzó la crisis. Nos hundieron, nos dejaron con nuestros patrimonios, que son los que hacen que no seamos personas que nos puedan dan ayudas ni siquiera para comer, porque tenemos propiedades, que no podemos vender porque están bajo orden de desahucio, y porque, aunque se vendieran, que es difícil, no cubrirían las hipotecas, las cuales están engordadas, y no quedamos de por vida deudores de un capital que no tenemos ni podremos conseguir. Bonito panorama es el que queda ante nuestros ojos.
De todas las escuelas existencialistas: la teísta, la atea y la agnóstica, yo me siento unida a esta última, pues considero que “la existencia de Dios es irrelevante para la existencia humana y es irrelevante para mi existencia” Por todo ellos, con nuestra situación actual, nada ni nadie puede echarnos una mano, sólo nosotros tenemos la fuerza para hacerlo si lo queremos o si nos dejan, o si podemos. Ante mí tan sólo una nube negra de desesperanza y angustia.
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