miércoles, 30 de marzo de 2016

INHUMANIDAD HUMANA




       Existe una hipocresía Social en todos los ámbitos de la sociedad,  en los contratos, en los compromisos, en las promesas, en las afirmaciones y en tantas otras cuestiones que sostienen un movimiento habitual de desconfianza de la sociedad en general, que puede llegar a crear un sentimiento de agresividad y resentimiento que puede resultar peligroso. La explotación del débil que estamos viviendo en los últimos tiempos, en nuestras propias carnes, puede revestir variadas formas, y apenas se puede contar con fuerzas sociales reguladoras, pues no existe ambiente de respeto, ni de justicia, ni de caridad, que no debemos confundir con limosneo.



                   La marginación social es un hecho fehaciente que ha dado lugar a una vida parasitaria no deseada en el seno de la sociedad que nos puede llevar, como de hecho ha sido, hasta la creación de grupos inauditos de personas que son transparentes para el resto de la colectividad. Son personas sin trabajo, sin derechos y sin protección de ningún tipo, aunque se vocee a bombo y platillo que todos tienen algún tipo de protección. Quien esto escribe no recibe ninguna ayuda del Estado, de ningún tipo, y todo por ser autónomo y de clase media, que al tener algún tipo de propiedad que no se puede vender por estar embargada, nos lleva a no tener ningún derecho, pero seguimos teniendo deberes.

         Hoy en día, aparecen enérgicos sentimientos de agresividad y de violencia, que en otros momentos quedaron atenuados por la ignorancia y por la falta de medios de comunicación. Esto ha provocado que la existencia humana brinde aspectos conflictivos, pues las gentes desahogadas viven con la inquietud de un bienestar no compartido, que cada vez se ve  más amortiguada por su prepotencia y por su falta de empatía, pues se esconden en un prefiero no ver. Por otro lado los indigentes  y miserables que sienten la pretensión de ser visualizados y que se les dé solución a sus peticiones de disfrutar de derechos, no ven horizonte para lograrlo.  La existencia humana es cada vez más paradójica. Se presume de tener ideales de igualdad y de justicia, que tan solo quedan en pura palabrería demagógica  mientras se mantienen grandes diferencias entre los diversos grupos humanos y sus clases sociales.

          El ser humano debería tomar conciencia de su misión histórica que sería vencer la miseria, el hambre, el dolor, la tristeza, la angustia, la injusticia, la desesperación y la falta de esperanza en su futuro. Ese interés de mejorar nuestra sociedad es uno de los ideales de nuestra humanidad, pero esa aspiración siempre se queda en palabras vacías políticamente correctas.  Se podrían aplicar criterios de justicia y de honradez, pero viendo la situación de nuestra política es algo que se ve inalcanzable, pues la corrupción está en todos los niveles de nuestra sociedad. Que fácil sería comenzar a respetar los derechos ajenos, haciendo por los otros lo que cada uno desearía que se hiciera por uno mismo.

          En algún momento nos encontraremos con un ser humano que sienta la responsabilidad de mejorar el bienestar, la justicia y la paz, pero los grandes poderes le dejarán llevarlo a cabo. Cuán difícil me lo fiáis. Siempre que los de arriba vean menguar sus fortunas, la servidumbre y la esclavitud seguirán estando presentes. Por supuesto, llamo esclavitud a trabajar “diez horas por un sueldo de 650 euros”, cuando ya pagar luz, agua, gas y alquiler se lleva el sueldo y el ser humano suele comer todos los días para mantenerse.

          Se dice a bombo y platillo que hay una mejor conciencia social y que existe más fraternidad universal, pero lo que yo siento es que son palabras simples palabras vacías sin contenido veraz.

          Un abrazo afectuoso
                             La Admin.



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