Adentrándonos por los estrechos parajes de la psicología del arte,
encontramos un vasto territorio donde podemos ver como artistas de todos los
tiempos expresan sus desilusiones, sus angustias y sus miedos ante el mundo en
que les ha tocado vivir. Una forma de poder echar demonios fuera es la de
pintar los demonios que han quedado grabados en sus mentes con los medios que
les proporciona su arte, en este caso, la pintura. Comenzaré por artistas del
siglo XX, Artistas que formaron parte de las Vanguardias y que expresaron
vivamente sus sentimientos y sus emociones en sus cuadros.
Este
plantel expositivo está entresacado de un trabajo presentado hace un mes en la
Universidad, así que se ruega no se copie, pues la Universidad gurda el copyright
del trabajo a mi nombre y quedaría anulado para cualquier efecto a quien lo
presentase, por hallarse ya en la red. Al finalizar se dará la bibliografía
utilizada del trabajo, pero no antes de terminar de publicarlo.
Para
la primera entrada quiero partir de dos frases que me motivaron a seguir en mi
investigación y fueron: “El hombre es el
más salvaje de los animales” (F: Nietzsche) y “El estado llama ley a su propia violencia y crimen a la del
individuo…” (Max Stirmer) Partiendo de ellas damos pie al “complutum” que sigue a
continuación.
Todo ello comenzó como una idea de la propia mente y
del propio sentimiento. Luego la idea se convirtió en un objetivo a conseguir.
A continuación se ideó un plan para alcanzarlo… y así “ad-Infinitum”. La idea fue,
en definitiva, que en el arte hay cuadros que son capaces de hacer percibir el dolor
y la desesperación de los seres humanos ante hechos de una enorme crueldad como
son: las guerras, la miseria y la inhumanidad que de las gentes emana.
Se nos nubla la mente al pensar que
el sufrimiento, la angustia y el desconsuelo, que forman parte de la tragedia
de la vida, no sean más que desnudos conceptos que, sin causa ni sentido, nos asola
nuestra propia esencia. ¿Somos, en verdad, simples cobayas, humildes ratas del
laboratorio cósmico? Ante esta disquisición, la nada, sólo me encuentro con un
mundo que considero un retorcido y perverso caos sumido en una total anarquía.
Estas palabras nos sirven para abrir las
puertas de este recorrido por el Arte Maldito del Siglo XX, en un principio,
aunque pasaremos a otras épocas, en la que también lo encontramos. Hablar de
Arte Maldito no es referirse a un arte degenerado, como lo catalogaron desde el
nazismo, sino maldito en cuando a la esencia de la que emana, y es que el ser
humano es un ente cruel.
Ahora cabe preguntarse: ¿Dónde está
Dios ante el sufrimiento, el dolor, la angustia y la desesperación del ser
humano? Él, tan sólo golpea para dar forma al hombre, cual si de un escultor se
tratara, que hiciera nacer del bloque de mármol al individuo. Es tal vez una
sombra onírica que nos muestra lo que somos, “simples bloques de piedra que el
escultor modelara con sus golpes de cincel,
unos golpes que tanto nos duelen”.
El sufrimiento es un sentimiento que
nos hace diferentes a los demás seres, y es lo que motivó a unos artistas a
plasmarlo en sus obras para sacarnos de esa apatía generalizada y hacernos conscientes
de que algo estaba pasando. Es así, vivimos en una terrible y ominosa cuadrícula
cristalina, para que no la veamos, y es manejada
por las altas esferas del poder, manipulada por las jerarquías que sólo ansían
más y más poder, a cualquier precio, cueste lo que cueste y caiga quien caiga,
es algo que nos puede recordar a "Matrix".
Esto nos lleva a preguntarnos:
¿recuperará la humanidad el control sobre su vida alguna vez? O quizá ¿seguiremos,
como podemos ver a lo largo de la historia, dominados y controlados por los que
detentan el poder, ayudados por la incultura, la perversión y la corrupción del
ser humano alienado?
Un afectuoso saludo.
La Admin.
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