lunes, 4 de abril de 2016

MANIPULACIÓN SOCIAL


          Bien, para crear la manipulación social que nos acucia, se debe tener claro que en política es preciso apoderarse de la propiedad ajena, sin vacilación, siempre que de este modo consigamos la sumisión y el poder de la masa. Los dos modos de apoderarse de lo ajeno desde el poder son: la confiscación y los impuestos excesivos. Todo esto nos suena a lo que se ha estado produciendo en estos últimos años y  que han llamado crisis.  

          Se nos hace creer que somos libres porque votamos a unos administradores que cuidarán de nuestros derechos inalienables. Estos administradores escogidos, de entre miembros del pueblo, nos hacen ver que se entregan a este trabajo de forma altruista y debido a sus aptitudes serviles, encaminadas a conseguir una sociedad mejor, pero esto no es cierto, no son en verdad sujetos preparados para la administración del país, pues tan sólo son peones de un juego que se juega desde más altas esferas.

          Para que todo esto consiga los efectos deseados por el poder, los Estados Modernos tienen bajo su poder  “los medios de Comunicación”, y el papel que ellos juegan es el de dar a conocer las quejas del pueblo, crear descontentos y prestarles una voz, pero todo ello está muy controlado, creando un entorno de desinformación por colusión de informaciones que nos llevan a sumirnos en un total oscuridad. . Ellos parecen encarnar la libertad de palabra, pero la información siempre va sesgada.

         Los charlatanes subidos a sus poltronas de poder han transformado las sesiones de los parlamentos en luchas oratorias de la más grosera de las demagogias. Los abusos de poder y la corrupción vuelve loco a la pueblo, que se ven encadenado a una esclavitud no deseada, oscurecida por palabrería sin contenido que se escuda en palabras grandilocuentes como son: “Crisis”, “Apretarse el cinturón”, “Creación de empleo”, “sacrificios recompensados” "vivir por encima de nuestras posibilidades" y tantas otras que solo enmascaran la realidad de un pueblo engañado y con miedo, sumido en la servidumbre, que  no se puede librar de su miseria.

         Los derechos que con tan grandes alharacas han quedado escritos en la Constitución de cada país son ficticios y no se cumplen con las masas, no son reales, y quedan ante los que no estamos alienados, como el fiel reflejo del papel mojado. El pueblo llano sólo saca miserables migajas a cambio de un sufragio favorable a nuestros intereses, pero que es tan sólo un burdo espejismo.

         La primera cuestión que la masa popular deber tener clara es que no hay igualdad, ni puede haberla; que todos no son igualmente responsables ante la ley, y creo que día a día podemos verlo reflejado en los medios de comunicación. Recuerdo las palabras de aquel juez que dijo: “la ley está hecha para el robagallinas” Pero no se aplica de igual modo a la élite, que buscan mil y un subterfugios para escaparse por la puerta de atrás, pues queda claro que “el que hace la Ley hace la trampa”.

                Un afectuoso saludo
                                     La Admin.

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