jueves, 14 de abril de 2016

EL BUEY DESOLLADO DE CHAÏM SOUTINE



         Otto Dix junto con Oscar Kokoschka, George Grosz, Chaïm Soutine y Emil Nolde, son los grandes representantes de la tercera oleada expresionista. Hoy nos adentramos en una obra de Chaïm Soutine llamada “El Buey Desollado”.

         Chaïm Soutine estaba dotado de una naturaleza autodestructiva que refleja perfectamente en toda su obra. En este cuadro Soutine evoca el mismo tema que antes pintara Rembrandt. En él, Soutine hizo una de las interpretaciones más violentas que podamos encontrar de una naturaleza muerta.

         El mundo convulso de entreguerras y el propio universo interior de Soutine se unen y lo plasma en su obra de una forma descarnada y brutal que nos puede recordar a otras imágenes bastante desoladoras y atormentadas que veremos en las obras de Francis Bacon.

         En “El Buey Desollado” vemos como Soutine logró implicarnos en un tema aparentemente neutral, que no refleja demasiada importancia, consiguiendo que lo apreciemos como una de las obras más violentas y feroces  de toda Historia de la Pintura Universal.

         El pintor nunca reconoció que su arte estuviera influenciado por pintores como Van Gogh, El Greco o Rembrandt, pero se puede colegir que, al igual que Vincent Van Gogh, Soutine utilizó de forma compulsiva y feroz sus pinceladas: Del Greco, se podría decir que adoptó la distorsión y la deformación que él utilizara en sus figuras. 

          En cuanto a Rembrandt, no podemos pasar por alto que su obra, del mismo nombre, “el Buey Desollado”, le pudo servir  de inspiración para  llevar a cabo este cuadro. Soutine realiza una pintura salvaje y atroz, tanto por el tema como por la forma en que la abordó: “un buey abierto en canal con colores de sangre y carne maltratada, con un toque de carácter matérico en cuanto a la aplicación de la pintura”.

         En esta obra Soutine nos muestra al buey colgado en una conformación diagonal que va de izquierda a derecha con la cual el barroquismo que dejar entrever acentúa la violencia de los colores de la sangre y la carne seccionada. Algunos interpretan esta obra de una forma simbólica cuando ven en ella  “la gran herida que sufrió Europa, tras la Primera Guerra Mundial, y que hizo del periodo de entreguerras una época convulsa”.

          Chaïm Soutine puede verse como un precedente del expresionismo abstracto posterior a la Segunda Guerra Mundial.


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